figura de yemaya vestida

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figura de yemaya vestida 20cm

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figura de yemaya vestida de 20cm elaborada con tela de encaje con flores  azul y dorado

Yemayá, o Jemanjá, también llamada Yemanyá (Yemọya en NigeriaIemanjá o aún Dona Janaína en Brasil; ver sección Nombre) es la orishá del pueblo egba, divinidad de la fertilidad de la mitología yoruba, originalmente asociada al Mar. Su culto principal se estableció en Abeokuta después de migraciones forzadas, tomando como soporte el río Ògùn de donde se manifiesta en cualquiera otro cuerpo de agua. También es reverenciada en partes de SudaméricaCaribe y Estados Unidos. Siendo identificada en el merindilogun por los Odus Irosun12​ y Ossá,3​ es representada materialmente por el asentamiento sagrado denominado Igba Yemayá. Se manifiesta a los iniciados en sus misterios (eleguns) a través de posesiones o trances.

Celebrada en Ifé como hija de Olokun, la divindad de los mares, esa estrecha conexión fue enaltecida en el proceso de la diáspora africana resultando en una sobreposición de ambas en una misma figura como manifestaciones de un mismo principio, siendo el motivo para la asociación de Yemayá con los mares en el Nuevo Mundo. Con el sincretismo de otras divinidades y de influencias europeas, fue imbuida de incontables atributos y poderes en una gran variedad de cultos. Su arquetipo maternal se consolidó sobre todo como Madre de todos los Orishás. Yemayá, en las palabras de D. M. Zenicola, "representa el poder progenitor femenino; es ella que nos hace nacer, divinad que es maternidad universal, la Madre del Mundo".4

En Brasil considerado el orishá más popular festejado con fiestas públicas, desarrolló profunda influencia en la cultura popular, música, literatura y en la religión, adquiriendo cada vez más una identidad consolidada por el Nuevo Mundo, conforme puede ser observado a través de su representación por diversos intelectuales, artistas y por el folclore que en su imagen reunieron las "tres razas". Figura en la Dona Janaína una personalidad aparte, seductora, sirena de los mares noroccidentales, con cultos populares simbólicos y accesibles que muchas veces no expresan necesariamente una liturgia. En esa visión, según Bernardo, Yemayá "(...) es madre y esposa. Ella ama los hombres del mar y los protege. Pero cuando los desea, ella los mata y los hace sus esposos en el fondo del mar".5